9 ene 2011

Puñalada

No me gusta lo que escribo
Inundada de rabia, tormento y recelo,
Pues lo único que transcribo
Es el doloroso sentimiento de una mujer abandonada
En una estación de tren de un pueblo costero.

¿Cómo llorar con los versos?
¿Para qué gritar en el desierto?

Como duele creer en el amor
Y descubrir que estamos solos,
Como la mujer que vestida de blanco
Ve teñirse su largo vestido de rojo.


Algún día ella no podrá recordar
Sin esfuerzo el nombre
De quien por un simple antojo
La apuñaló en el corazón.
Tan solos como el hombre
Que entre el olvido y la obsesión
Abandonó a la mujer
Que caminando sobre la arena
De una playa de agosto, ajena
A las miradas de miles de bañistas desnudos
Tras una melena larga y desordenada
Oculta un rostro que anda perdido
Sin dueña ni dueño.
Ella no ve nada. Las lágrimas son su escudo.
Ni sueña despierta con volverlo a encontrar.
Ella nunca supo ver nada.
Ella sólo sabía amar.

Me trago la saliva
Y grito en silencio por no callar
Sola, vulnerable, dañada y abatida
Me trago la rabia por no gritar.

No me gusta como describo la vida
Cuando me falla la esperanza,
Los sueños son escasos y me decepciona mi rumbo.
¿Para qué recorrer el mundo sabiendo
Que ya no vendrás conmigo?


Tengo que escribir el final de este capítulo
Aunque no me guste lo que escribo,
Para empezar mañana con uno nuevo mi futuro
Porque tengo que despedirme de un fracaso,
Aceptar que te he perdido,
Y porque algunos de los que me leéis
Así me lo habéis pedido.

1 comentario:

  1. No es tan fácil desterrar algo que se instaló en el corazón, ni hay que arrepentirse de lo vivido porque siempre será nuestro, existirá en la eternidad de los tiempos y en nuestro recuerdo.
    Tus versos aunque dolorosos son siempre una preciosidad. Insisto en que debes publicar. Un beso grande Olga.

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