16 dic 2009

Quemando cartas de amor

Triste el que por amor no pierde un tren
Y quien no quema alguna vez
Sus cartas de amor.

Desdichado el que no salta sobre un vagón
En movimiento que avanza
Con rumbo incierto.

Mi padre se despertó durante décadas a la mismo hora,
siempre sabíamos donde estaba,
adonde iba,
de donde venía
siempre feliz entre los brazos de mi madre que lo adora.

Yo ando perdida entre los vagones de un coche-cama
Buscando mi futuro en un vagón perdido en la lejanía
Esperando el abrazo de quien me ama,
Y no sé a que hora me acostaré esta noche.

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