12 oct 2009

Quejidos equinos en el equinoccio quejumbroso de un otoño que empieza

El caballo empuja la carroza que tiene que llegar a la cima,
Pero las ruedas resbalan en la calzada fangosa
De una tarde lluviosa de principios de otoño.
Solloza el camino empedrado,
Se desprenden y saltan las piedras,
A cada minuto de retraso
Se destroza el sueño de quien espera
Que la carroza llegue a la cumbre.
La ronda se estrecha, se esconde, huye y se eleva.
Mansedumbre salvaje,
Servidumbre servida,
Pesadumbre encogida,
Viaje en el carruaje de costumbre.
El caballo sigue empujando la carroza para llegar a la cima.
Y mientras más se aproxima, mayor la incertidumbre
De que al final lo consiga.
Miembros rotos, sangre en la tierra, tierra en los miembros.
Quejidos equinos en el equinoccio quejumbroso
De un otoño que empieza, de otro año que acaba
Por los suelos la carga,
Por los suelos los sueños
De aquellos que nunca engañan.

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