12 oct 2009

Comienza la guardia

Comienza la guardia.
Registro los valores en el cuaderno de máquinas.
No veo el mar, ni el cielo.
Admiro acuarelas de Carl Larsson
al ver a mi familia en mis recuerdos.
Ajusto los controles para alcanzar el régimen de marcha deseado.
Me imagino sus manos manejando el sextante,
jugando a posicionarse con las estrellas que yo no veo.
Me sumerjo en un mar de ruidos y vibraciones
que me aíslan del mundo.
No oigo el golpe con una válvula
de mi alianza, pero lo siento,
y ajusto con el pulgar,
mi cordón umbilical que me une a tierra,
llevándolo hacia atrás en el meñique.
Reviso las calderas y los compresores de aire.
Verifico los respetos,
podría reparar cualquier cosa,
pero la máquina funciona y la noche se hace larga.
Imagino el viento salado en su cara
y una tenue sonrisa,
bañada con luz de luna,
cada vez que altera un rumbo de colisión,
para que yo, nueve cubiertas más abajo,
cegado por el rojo blanco del wolframio,
pase del régimen de mar al de maniobra.
Solo con el cárter,
las bielas, los cojinetes y los pistones
Solo con mis pensamientos,
con mi soledad,
Solo con mi sexo duro y mis cojones.
Esperando a que acabe la guardia,
para correr saltando los escalones
y llegar a su camarote.
Para besar su piel desnuda
y olvidar el ruido, las vibraciones,
las averías, la soledad,
las bielas, las válvulas, los pistones.
Para ver a través de sus ojos
lo que no vieron los míos.
Para naufragar en sus deseos,
y sentir la vida bien fuerte, ahora y dentro,
Mientras penetro al ser de mis sueños
que nunca me dirá te amo
porque sólo soy
el jefe de máquinas
de un barco como tantos.

4 comentarios:

  1. Qué fuerza! Me encanta, lo mejor que he leído en mucho tiempo.

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  2. My bonito poema, lleno de metáforas, y mucho cosntruido.

    manuel feliciano

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  3. GRANDE POETA REGISTEM!!!!BELOOOOOOOOOOOOOOOOOO


    manuel feliciano

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  4. Nunca vi una poesía con un jefe de máquinas, es brutal... la vida en un barco ya es poesía por si misma.

    Jaime García

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